
Tipos de fitosanitarios
Según el fin que persigan, se dividen en varios grupos:
Los nematicídas, rodenticídas y molusquicídas y los más conocidos, como son: los herbicidas, insecticidas, acaricídas, fungicidas y bactericidas. Actúan como sustancias, o mezclas de sustancias, destinadas a prevenir o destruir malas hierbas, insectos, ácaros, moluscos, roedores, hongos o bacterias. En definitiva, los fitosanitarios se utilizan para prevenir, repeler o atraer y controlar, cualquier plaga, sea esta de origen animal o vegetal.
Su aplicación se puede realizar durante la producción, el almacenamiento, el transporte, la distribución y la elaboración de productos agrícolas, así como también, de sus derivados.
Aplicación de los productos fitosanitarios
Las características más importantes que deben tener los productos fitosanitarios son: eficacia, que dependerá del tipo de parásito y de su fase de desarrollo, de la dosis que apliquemos, del momento cuando se realiza el tratamiento y del correcto funcionamiento de los instrumentos que utilicemos.
Otro punto importante que debemos tener en cuenta para su correcta aplicación, será el hecho de hacerlo de manera persistente cuando sea necesaria la protección después del tratamiento y ser pacientes ante la necesidad de su repetición. Ello dependerá, tanto de las características del producto; de la superficie vegetal a proteger y de las condiciones climatológicas en que deban ser utilizados. La toxicidad del producto y la época del aplicación de los tratamientos fitosanitarios será lo que limite las posibilidades de su uso; la fitotoxicidad, determinará los cultivos a los que se puede emplear y las fechas en las que se debe aplicar el tratamiento.
Dependiendo de la formulación química del producto, y de los cultivos en los que se utilice, será necesario considerar también la variedad y cuál es su estado de desarrollo. Otra variable a tener en cuenta cuando se trabaje con productos fitosanitarios es, la compatibilidad o no, con otros productos. Es decir, si cabe la posibilidad de utilizar mezclas de distintas materias activas y si estas pudieran ser perjudiciales para el cultivo.
Como venenos útiles que son, cumplen una doble tarea, por un lado, controlan las enfermedades endémicas que pueden infligir los animales transmisores o depredadores, y por otro lado, aseguran una mayor y mejor producción ,en beneficio de la supervivencia y del bienestar de la humanidad. De ahí la importancia de una adecuada preparación y obligatoridad de los profesionales de la agricultura,en un curso de aplicador de productos fitosanitarios, para evitar que el uso indiscriminado y no controlados de estos productos, pueda provocar efectos tóxicos, en el hombre y en el medio ambiente.
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